Cuando vas a un dentista no le hablas de generalidades. No le dices que no estás satisfecho con tu salud dental. Le dices que te duele esa muela o que te has visto un punto negro en una muela. Se lo dices muy específica y concretamente, por supuesto, porque eso es lo que quieres que te solucione.
Piensa una cosa, nadie tiene miedo escénico en general. Es un asunto en realidad bastante específico y concreto, que pasa en momentos muy específicos y concretos. Ya sea cuando piensas en exponerte, cuando recuerdas tus fallos o situaciones anteriores de nervios, cuando te dicen «Ahora es tu turno», cuando llega tu solo, etc…
Y es en ese momento aparece una emoción no útil, los nervios o el miedo. Es decir, en un momento concreto te aparece un obstáculo a lo que tú quieres hacer.
Eso se podría llamar bloqueo emocional, porque es sentir una emoción no útil ante una misma situación concreta, sin poder evitarlo ni tener el control.
Hace años yo trabajaba con músicos, sobre todo cantantes, y seguía el sistema convencional basado en las conversaciones de introspección, de autoconocimiento, y el descubrimiento, las preguntas, y todo eso. Yo siempre he sido bueno en eso, y era miembro de la ICF,
Pero aunque yo hacía bien mi trabajo y los clientes estaban razonablemente contentos, las conversaciones a veces eran como si estuviésemos mareando la perdiz, dando vueltas sobre lo mismo, algunos clientes no conseguían resultados y dejaban de venir.
Por aquel entonces yo empecé a ir a un psicólogo que me habían recomendado, por un asunto de pareja. Yo iba con la ilusión de encontrarme una solución, pero lo que me encontré fue que me pasaba la hora hablando de mi padre, de mi madre, y de mi infancia. Es decir, mareando la perdiz, dando vueltas a lo mismo semana tras semana. Al cabo de unas semanas dejé de ir porque no solo no conseguí ningún resultado concreto sino que empecé a sentirme peor sin saber porqué.
El último día que fui, al volver ese día a mi casa, empecé a pensar en mis clientes. Ellos descubrían muchas cosas, tomaban conciencia de muchas cosas, pero… ¿Conseguían lo que querían?
Fue entonces cuando escuché en una formación al Doctor Bandler decir que la pregunta porqué y la búsqueda del origen no te da la solución. Imaginate que el coche no te arranca. ¿Qué es lo que quieres, que te digan porqué no arranca o que te lo arreglen? ¿Si vas al dentista quieres que te digan porqué te duele la muela, o quieres que te quite el dolor?
¿¿Averiguar que te duele la muela implica que te desaparezca el dolor??
Entonces me di cuenta de que la forma convencional de resolver problemas de preguntar ¿qué te pasa?¿porqué te pasa? te enreda en un laberinto, como en la terapia que yo había hecho con la psicóloga, un laberinto en el que yo no vi salida, ni resultados.
El Dr. Bandler lo que planteaba era ir al momento concreto y exacto, detectar el bloqueo y eliminarlo.
Ahi fue cuando me di cuenta de que los nervios son un bloqueo emocional muy concreto y específico. Es como si solo tienes una puerta por la que pasar. Y no tienes más opciones.
Como cuando llueve.
El agua al caer se va deslizando por el sitio de más pendiente, de manera natural. Da igual que llueva mucho o poco, el agua va a caer por el mismo sitio. Va a caer por la esquina de la acera, o por el cauce del rio.
Salvo que haya algo que lo cambie. Como una pared o una presa en el monte.
Lo mismo le pasa a la mente. Tu mente va a pasar por el mismo sitio, el mismo camino hacia los nervios, igual que el agua.
Salvo que haya algo que lo cambie, claro.
Si piensas en exponerte y te sientes mal, no eres libre. En tu mente sólo tienes la opción de sentirte mal.
Si escuchas cómo te dicen “te toca a ti” y se te pone el corazón a mil, en tu mente hay un bloqueo emocional, y es tu única puerta por la que pasar. Por ahora es tu única opción.
Si sientes que te juzgan o que te observan, y pierdes la concentración, lo mismo.
Cuando te ofrecen un bolo y lo rechazas con excusas, pero en el fondo es por no exponerte, lo mismo, solo tienes una opción, de ahí el bloqueo.
Ahora vienen las buenas noticias, puedes eliminar los desbloqueos emocionales.
Desbloquear es crear una red neuronal nueva, una puerta nueva, es decir aprender a sentirte de manera diferente en ese preciso momento en el que sientes esos nervios.
Hace años, cuando descubrí y empecé a profundizar sobre este concepto, me contactó una cantante, una mezzosoprano. Llevaba dos años sin presentarse a audiciones, porque en la última por los nervios no había podido ni sacar sonido.
Empecé detectando sus bloqueos, de manera concreta y específica. Entre otros tenía estos:
Se sentía mal al pensar en cantar de solista.
Recordaba las situaciones anteriores en las que se había puesto nerviosa
Cuando escuchaba el “te toca” se ponía fatal
Cuando pensaba en sus habilidades, sentía inseguridad.
Al cabo de cuatro semanas de ir eliminando sus bloqueos emocionales, me llama para decirme que había cantado ella sola ante cien personas de su coro una obra a capella estando totalmente tranquila. Una obra que tampoco tenía muy preparada.
Ella estaba encantada. Para serte sincero, yo estaba alucinado.
Tanto que le llamé a le llamé a Diego Guerrero, un crack del desarrollo personal. Y le pregunté «¿De verdad se pueden conseguir cambios tan rápido?
Su respuesta se me quedó grabada: «¿Qué más pruebas necesitas? Lo has hecho y tienes esos resultados».
En unos pocos meses esta Mezzo estaba cantando un papel principal en una zarzuela en uno de los teatros más importantes. Y hace dos meses le volví a ver anunciada en otro cartel, como papel principal también.
Y así con cantidad de músicos después.
Los músicos con miedo escénico pasaron de tener sesiones farragosas, a tener cambios y resultados tangibles, comprobables y rápidos.
Y cuando llevaba ya un tiempo, un cliente me llamó cuando estaba en el metro para contarme que acababa de salir de una sesión de grabación de video para ser emitida online, algo que antes que jamás se hubiese atrevido a hacer, y se había negado anteriormente. Un músico que había ganado concursos y premios, pero que en esa llamada me dijo que estaba por fin llegando a lo que él sabía que era su mejor nivel musical.
Al colgar el teléfono yo sonreí. Bueno, en realidad me emocioné sin lágrimas. Había pasado de que las personas me contaran sus desgracias, a que me contaran sus sueños conseguidos.
Por cierto, los músicos que superan el miedo escénico suelen no solo abordar más y mejores proyectos musicales, sino que los inician. Pero eso te lo cuento en otro artículo.
La Mente del Músico
Entrenador de mentalidad de músicos clásicos.
Un saludo,
Joseba
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